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Concurso de Microrrelatos «Rapa Nui, conviviendo con el COVID-19»

En el Marco del Proyecto denominado «Rapa Nui, Conviviendo con el COVID 19», El Correo del Moai hizo un llamado a los escritores de Rapa Nui, para que participaran de este Concurso de Microrrelatos o cuentos cortos, de no más de 200 palabras.

Agradecemos a todos quienes enviaron sus relatos; felicitamos a los dos ganadores -cada uno en su categoría- y les invitamos a seguir creando, escribiendo e imaginando.

A continuación Microrrelatos, una visión de la Pandemia, desde la isla habitada para aislada del planeta:

Categoría Juvenil

MEJOR QUE ANTES por Bruno  Parra Lacoponi 
Aquella noche, la encontré mirando las estrellas nostálgicamente. La miré y le dije: “¿Estás bien?”
-Se inclinó, le vi sus ojos, parecía que se había robado el cielo estrellado. Luego me dijo: “Sí, mejor que antes, este virus me hizo entender que lo fundamental en la vida es invisible a los ojos, y eso se llama felicidad, ser y hacer feliz. Ahora soy consciente de que lo material es simplemente desechable, pero los amigos, la familia, tu pareja es algo que puede durar toda una vida, hasta la muerte. Hoy puedo ver a koro, nua, reunidos con sus seres queridos, gente comiendo de lo que cosecha del jardín y no de un supermercado. Hoy puedo decir que la isla está mejor que nunca. Y eso me hace feliz”
-Simplemente sus ojos decían la verdad.

 
EL RATONCITO Y EL PUEBLO VACÍO por Matilda Haoa Arévalo
Primer Lugar

Un día como otro, un ratoncito despertó y salió de su cueva; se dio cuenta de que no había humanos a la vista. Preguntándose dónde estaban, se fue en busca de respuestas. Miró por la ventana de una casa, notó que todos miraban las noticias, escuchaban a un hombre que hablaba de un virus que estaba propagándose por el mundo y que debían quedarse en casa.
El ratoncito observó la calle vacía, aprovechó la oportunidad para ir por comida, así que se dirigió a una tienda, cuando llegó se dio cuenta de que estaba cerrado, miró a la calle, todo estaba cerrado. Decidió volver a su cuevita, mientras pasaba observó dentro de las casas; en una jugaban felices a las cartas, en otra vio a un niño tocando guitarra, diciéndole a su mamá –“mamá… ¿ves que bien toco? estoy aprendiendo rápido”-. En otra casa vio a una madre e hija cocinando juntas: esas personas no estaban tristes, aprendían cosas nuevas, estaban en familia, sacaron lo bueno de esto, ellos tuvieron tiempo para hacer lo que siempre quisieron, ellos aprovecharon el tiempo. El ratoncito decidió hacer los mismo, se encuevó para hacer cosas de ratones junto a su familia.
  

NOTICIAS por Isabel Marín
Y con una cara de agonía e incertidumbre observó como en las noticias se hablaba sobre el retorno a clases en Rapa Nui ¿Es real? – se preguntó – ¿Es este el fin de las vacaciones? –
Y justo en ese instante se arrepintió de no haber hecho las guías del colegio, es más, las había usado para avivar el fuego del asado.

Categoría Adultos

LO MISMO por Marta Hotus Tuki
Dejaron de venir…también se supo en los alrededores de las plantaciones lo mismo…nadie entendía…nadie sabía lo que había pasado…se notaban los cambios. Hasta las gallinas y sus polluelos se dejaron de ver. Unas pocas moscas zumbaban, como siempre al acecho de alguna comida sobrante.
Y al recorrer la calle principal nos reconocimos en la mirada del otro , alegres de la vida..

BENDECIDAS MANOS por Carolina Sepúlveda Moreno. 
Me pregunté con evidente molestia: «¡¿Por qué llueve si sólo  falta 1 minuto para las 00:00 del 2020?!».
Casi dos meses después, entendí. Mascarillas, guantes y capas para el agua, salíamos de vez  en cuando a distraernos, escondiéndonos de aquel poderoso virus y antes del toque de queda (14:00 hrs.). Sin mucho análisis, entendí todo. Entendí la lluvia que, desde aquel día, no la cuestioné más… ¡Nunca más!.
Las paltas estaban botadas, los árboles amarillitos de guayabas, plátanos por miles y… ¡ahí estaban ellos!, a veces bajo el Sol y a veces bajo la lluvia. Silenciosos, casi invisibles arando la tierra con una sonrisa que lograba  divisar,  producto de  la penosa velocidad de mi moto. Vi como plantaban tomates, lechugas, zanahorias. ¡Sí,  eran ellos! ¡los «Primera fila» en Rapa Nui! ¡Perdóname Dios!, no soy tu. Perdóname lluvia por no darte la  tribuna que mereces en mi escrito, pero en sincera reverencia les digo: ¡Bendecidos sean quienes nos alimentaron en tiempos de pandemia! ¡Benditos los agricultores de Rapa Nui!.

NO HAY VACACIONES por Enrique Carrasco Henríquez
-Papa, iremos de vacaciones?.
-Familia, este verano no saldremos. Este 2020 habrá muchos turistas y trabajo, yo estaré full, no pararé estos días.
Miraba a mi familia…intuía decepción, descontento y resignación…les decía en Julio iremos de viaje.
Llegó Marzo …..de pronto noticias: un virus terriblemente agresivo, ataca al mundo…..muchísima gente contagiada, muriendo. Cierran fronteras, suspenden los vuelos, cancelan reservas, todo se derrumba…. A meses de ese aciago momento, hemos aprendido a convivir con esta pandemia, frenamos el ritmo de vida, hacemos cosas diferentes.
Mis manos hoy están en contacto con la madre tierra, siento orgullo de germinar una semilla y ver crecer una planta que nos dará una alimentación sana, siento otro sabor en mis verduras.
Jamás reflexioné cómo fumigarían, regarían o manipularían esas verduras que compraba para mis hijos….. He dormido siesta, disfrutado una película, conversado con la familia, he hecho música . Esta pandemia humaniza. El planeta ha recuperado su terreno, que nosotros teníamos invadido, destruyéndolo.
En estos días, sentados todos a la mesa, al desayuno, al almuerzo o a la cena, hemos podido conversar, conocernos mejor como familia y hemos soñado a dónde iremos de vacaciones,  el día que el Covid nos lo permita.
 

ESPERANDO EL MANUREVA  por Rosita Fermina Osores González
Por largos meses soñaba con ver bajar del manureva a mi  Abue Tota,  por largos meses miraba la mahina nui nui y gritaba ven, vente luego Abue Tota.
Mi sueño y esperanza de niña, era  tener a mi nua  en mi cumpleaños número 5 y ese sueño no se cumplió; ella estaba en Chile cuidando a mi Nua Roa de 94 años, para que no se enfermara con un virus que nos mantiene en riesgo de contagio y muerte.
A mi isla RAPA NUI no llego este virus que me asusta, estuvimos encerrados en la casa café, haciendo familia. Tuve mucho tiempo para compartir con papá, mamá,  mi hermana y por supuesto mi Babi,   mi perrita regalona. A mis compañeros y tías del Hapi tampoco los vi.
Cuando salíamos, mama nos cubría la boca y nariz con una máscara que no me gustaba porque  me costaba respirar.
Quiero que este virus se vaya lejos, quiero que desaparezca, que no haga más daño, así  todos volveremos a estar tranquilos, sonreír, jugar, conversar, abrazar a mi Abue  y ser muy felices en mi isla. 
Con amor a mi nieta REVA ROAHai mahatu ki taaku makupuna ko REVA ROA.

LA PAPA Y LA CEBOLLA por María Luisa Libuy Elissegaray
De pronto se cerró el aeropuerto, nadie entra, nadie sale. Filas a las cinco de la mañana para conseguir la verdura.
«Ya tenemos el negocio, traigamos papas y cebollas en el barco!!!!!
Todos sembramos, todos encargamos lo mismo, y llegó el día de la descarga. Almuerzo: papas mayo, puré, papas fritas con cebolla.
¿Pensamos que seríamos millonarios? Pues sí lo somos, ricos de alma, de bendiciones, porque aunque siga la papa y la cebolla en cada comida podemos abrazarnos tranquilos.

ENTRE PENAS Y RISAS por M.T
Entre penas y risas ya hemos visto cinco grandes lunas pasar, con un temor medio sigiloso de lo desconocido, viendo a la distancia las pérdidas y llantos que al mundo rodea, y yo pensando, se acerca el viernes 28. Caminando sobrecogido entre los que en neblina ven las huellas de esta feroz e inevitable tempestad.
Ya aferrándose a lo alto, ese gran domador de los cielos, quien regresa a nuestra gente a Rapa Nui, ungidos de una fuerza inmortal por recorrer nostálgicos de tiempo sus rincones y abrazos interminables sin lograr avasallar a un pueblo temeroso de lo que se propaga a un ritmo vertiginoso.
Libertad al observar este horizonte infinito, pleno, virginal en mi paraíso, pero todo acaba, tengo que posar mis días entre cuatro paredes hasta que temer, sea más importante que sobrevivir, ya que de eso depende vivir y este maldito respiro agitante muera siendo el final.

RAPA NUI SORPRENDIDA por Romina Alejandra Rojas Araki
Primer Lugar

Febrero , festejamos en Rapa Nui, por ahí una que otra mirada a la TV , donde se escucha nombrar corona virus, no comprendemos, seguimos de fiesta, bailamos, compartimos, somos libres.
Se aproxima marzo, que sería el regreso a la rutina de trabajos y estudios, pero nada más, se sigue bailando… de pronto, de golpe se oyen voces fuertes que piden se cierre el aeropuerto, ya había llegado el miedo al bicho.
Todo ocurre tan rápido, nos miramos sin saber que hacer, de repente toque de queda, se cierran los vuelos, nadie entra, nadie sale. ¿Qué será de nosotros? ¿Quedamos a la deriva?, el estómago se aprieta, siento inseguridad.
A los días se siente un freno en la vida, se comienza a respirar tranquilidad, sencillez y un sin fin de cuestionamientos hacia la vida que llevábamos, desapego a lo material. La isla se calma y descansa de tanto daño que ha recibido, con peleas y ambiciones…respira isla mía, isla tuya, isla de todos, somos inmigrantes en este mundo y la isla lo sabe, sus antepasados lo supieron, si ¡! No somos más que un suspiro, solo estamos de paso, muchos vivieron antes que nosotros y muchos más vendrán. NADA NOS PERTENECE.

Proyecto Financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional

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