El arte de reutilizar en tiempos de pandemia
Rosemery Pino, emprendedora en pandemia
En el último tiempo, han surgido diversos emprendimientos relacionados con la reutilización en Rapa Nui, la mayoría creados por mujeres, uno de ellos es Kuta Kuta eco diseños.
«Siempre me llamó la atención fabricar cosas, pero me puse más full cuando viví en una casa que no tenía nada, ahí comencé a ver videos en Internet y supe cómo hacer un mueble, entonces descubrí que había todo un mundo».
Ante la necesidad, Rosemery Pino Toro, más conocida como Romy, quien vive en Rapa Nui hace 11 años, comenzó a crear terrazas, puf y muebles para la casa, ¿el plus? Cada diseño fue realizado reutilizando «residuos» como el pallet, neumáticos, colchones, cañerías y corchos, siendo una de sus primeras creaciones dos hamacas tejidas con 400 corchos cada una.
Rosemery es de Santiago, creció junto a su madre modista y su papá ingeniero en sonido, con quienes vivió durante 11 años en un teatro, para el cual sus padres trabajaban, estando siempre rodeada de un ambiente de arte y espectáculo, donde crear era pan de cada día. Incursionó algunos años en la carrera de Teatro, pero las vueltas de la vida la hicieron dejar los estudios y migrar a Rapa Nui, donde rápidamente puso en practica lo que aprendió de sus padres, el gusto por crear.
Una vez que confeccionó los muebles para su propia casa, empezó a realizar algunos más para sus amigos, éstos fueron vistos por un amigo que trabajaba en SERCOTEC, quien la incentivó a postular a unos fondos concursables, cuando ganó su primer proyecto, compró herramientas y comenzó a trabajar de manera independiente, estaba surgiendo Kuta Kuta eco diseños. Una de sus primeros y más importantes trabajos fue en la creación de juegos del jardín Lucy Mahatu Riva, donde se reutilizaron alrededor de 100 neumáticos, que hoy son una plaza de juegos que divierte a los niños y niñas del jardín. A continuación vino la restauración de los juegos de la Plaza Ana o Tumu, en las cercanías del Ahu Hanga Kio’e, los que también fueron construidos a partir de neumáticos.
Al principio reutilizaba por necesidad – era el material que estaba a la mano-, sin embargo, su visión comenzó a cambiar luego de participar de algunas ferias sustentables que se organizaban en la comuna, también de participar en el programa de TV «Haka Maitaki» y finalmente cuando conoció a «Mama Piru» en el Centro de Reciclaje Orito, donde pudo escuchar sus palabras y observar más de cerca el problema que ocasionaba la basura en la isla, tomando consciencia de la importancia de reciclar, reducir y reutilizar.
«Me tocó ir varias veces a Orito, hablar con la nua, era impactante para mí el reciclaje, porque en el conti nunca lo viví tan directamente. En el continente pasa el camión, sacas la bolsa y tu no ves donde fue a dar, no tienes acceso al vertedero, tampoco uno va a un centro de reciclaje. Empecé a valorar el cuidado del planeta y de la isla también, porque vivimos en un lugar pequeño, me siento agradecida de este lugar y siento que de alguna manera debo colaborar con este espacio, devolver la mano, ahora que tengo mi hija, con mayor razón».
A finales del año 2019 todo iba viento en popa, había recién ingresado a trabajar en la Municipalidad, pero la pandemia pronto cambiaría el rumbo de las cosas. Luego de que se decretó cuarentena total y cerraron los establecimientos educacionales, muchas personas debieron quedarse en casa, este también fue el caso de Rosemery, quien sin embargo, en medio de la crisis ,vio una oportunidad y propuso comenzar a trabajar desde su casa junto al equipo de pro-empleo que recién comenzaba a integrarse al Municipio. De esta manera, Rosemery lideró el área de reutilización en el Departamento de Aseo y Ornato, confeccionando puf con neumáticos reciclados, mobiliario con pallets y otras materialidades, para recuperar e intervenir los espacios públicos del Municipio. A continuación de este trabajo surgieron más ideas, la más grande de todas, fabricar los juguetes para la fiesta de navidad de los niños y niñas de la isla, estos vendrían a reemplazar a los juguetes de plástico que antes eran traídos desde el continente; fueron creados completamente por el equipo, llegando a fabricar alrededor de 600, los que fueron regalados a los niños y niñas de Rapa Nui en la festividad de final de año.
“Cuando partió la pandemia a todos nos mandaron a las casas, pasaron como dos meses y yo me empecé a urgir, ahí propuse trabajar desde la casa haciendo los puf, no sabía cómo integrarme para ir a trabajar, no tenía como moverme, no tenía jardín, estábamos en cuarentena, y ahí propuse hacer esta área de reutilización y que se complementará con lo que se hacía en ornamentación. Normalmente se compraban cosas, se arrendaba, entonces propuse hacer y fabricar cosas para los eventos, y ahí surgió la idea de restaurar los espacios comunitarios”.
Actualmente, además de continuar con la restauración de espacios públicos, Romy, como la conocen en la comunidad, realiza junto a su equipo, talleres abiertos para la comunidad en las dependencias de Ornato en Vai a Ori ¿el objetivo? Generar conciencia sobre la reutilización y compartir los saberes con todos quienes quieran aprender especialmente en tiempos de pandemia.
“La pandemia vino a hacer ese remezón para que despertáramos en muchos aspectos, no medioambientales solamente, también a nivel de sociedad, ¿cómo nos vemos los que vivimos acá día a día?, la empatía de vivir en una isla tan pequeña, fue todo como justo, fue el minuto perfecto para entrar a la Muni, tratar de colaborar con lo que yo he aprendido, porque muchas de las cosas o técnicas que he aprendido han sido talleres que la misma Municipalidad fue impartiendo durante todo el período que yo he ido haciendo estas cosas, todo eso que en algún minuto supe aprovechar es lo que yo ahora puedo compartir de alguna manera”.
«Ojalá todos aprendiéramos de todos, yo no tuve la posibilidad de estudiar pero gracias a otros talleres y a esa gente que quiso compartir su conocimiento yo hoy día puedo hacer cosas, por eso surgió la idea de realizar talleres en Vai a Ori, para entregar herramientas, para que surjan nuevos emprendimientos, para distraerse o simplemente dar la opción de que otras personas adquieran conocimiento de otras personas”.
“Me gusta porque se arma una dinámica circular, yo te enseño a ti, tu vas a llegar a tu casa y le vas a enseñar a otra amiga y así sucesivamente. Hay que despertar esa creatividad de la gente, yo creo que todos tenemos algo escondido, yo jamás pensé que tenía tanta habilidad con las manos hasta que me puse a hacer cosas y me encantó y ahora me dedico a eso”.
Generalmente las participantes de los talleres son mujeres, para Rosemery ser mujer nunca fue un impedimento para aprender a usar herramientas, creció en un ambiente donde su mamá las usaba y fabricaba cosas, sin embargo sabe, que el miedo sigue siendo un límite para muchas mujeres que no se atreven a usar estos implementos.
«Yo creo que a muchas mujeres les pasa, eso de decir mejor no la ocupo porque me da miedo, pero en realidad no requiere ni de fuerza es solo confianza, por eso para mí fue importante hacer talleres, para fabricar nuestras propias cosas, pero también para romper ese susto. Generalmente a las mujeres que les hago talleres nunca han ocupado una máquina, y para mi es super gratificante que después del taller me digan, voy a llegar a ocupar todas las herramientas de mi pololo o de mi marido, porque también siempre están esperando que les hagan el corte, que les hagan la repisa, teniendo las herramientas en la casa. Hay que romper esa idea de que la mujer no puede ocupar ese tipo de cosas, las mujeres somos capaces de hacer de todo».
La pandemia significó el término de una rutina rápida donde la basura no era tema y aunque hoy hay mucho trabajo por delante para seguir reduciendo residuos en Rapa Nui, Rosemery tiene claro que en las nuevas generaciones está el desafío de retomar el cuidado del medio ambiente, mientras, con el equipo de Ornato ya fabrican los juegos de madera para la próxima Navidad.
“Estamos en el minuto perfecto de hacer un cambio de switch con una generación, estamos en el minuto clave para que esta nueva generación vuelva a lo de antes, vuelva a cultivar su propia verdura, volvamos al trueque, apoyarnos, hacer umanga, ahora todo eso está volviendo al núcleo, al origen, está siendo súper importante cuidar la tierra, el cuidado del agua que durante un tramo en nuestra generación no se había priorizado, por eso creo que ahora, durante esta pandemia estamos en el minuto perfecto para que la nueva generación parta de cero”.