Museo Antropológico Padre Sebastián Englert: 40 años de historia
– El pasado mes de octubre el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert cumplió 40 años de vida. En su celebración se recordó quienes partieron con esta idea y se destacó la importante labor de custodia del patrimonio, que cumple hoy día.
Por Angélica Abarca
¿Por qué construir un museo, si Rapa Nui por sí sola es un museo al aire libre? La respuesta es más bien fácil, porque allí se atesoran piezas, fotografías y documentos importantísimos, que dan cuenta de la historia y evolución de una cultura. 40 años han pasado ya desde que fue inaugurado el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert y hoy los desafíos van más allá del resguardo e investigación del patrimonio cultural de Rapa Nui, sino también promover la comprensión de la cultura, contribuir a la identidad y al desarrollo de esta comunidad.
ALGO DE HISTORIA
El museo antropológico, lleva su nombre en honor al sacerdote capuchino Sebastián Englert, religioso alemán que llegó a Isla de Pascua en 1935, donde vivió hasta su muerte en 1969. Su interés por la cultura Rapa Nui, lo hizo interiorizarse en sus tradiciones orales, su lengua y su patrimonio arqueológico, lo que derivó en que durante todos estos años recolectara una gran colección de arqueología y que lo llevara a realizar un gran trabajo científico.
A su muerte, surge el interés por perpetuar este trabajo y a rescatar su importante colección arqueológica para hacer un análisis más sistemático y también para ser exhibida a los primeros turistas que comenzaban a llegar hasta Isla de Pascua.
Gracias a la insistencia de los rapa nui, el 10 de octubre de 1973 se firma el decreto de creación del museo de Isla de Pascua, bajo la tuición de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), siendo los objetos, colecciones y documentos reunidos por el padre Sebastián, la base de su creación, los que fueron donados por él mismo al Estado chileno, con la única finalidad de la creación de un museo.
En 1975, y gracias a la donación del terreno por parte de la familia Pakarati, se construye el museo antiguo, edificio que estuvo destinado a albergar parte del patrimonio cultural de Rapa Nui.
En 1985, gracias a la donación de un grupo de japoneses, se construye la Sala de Exhibición Permanente y en 1986 se comienza la construcción de los edificios administrativos actuales, que fue financiado con fondos del Gobierno de Valparaíso.
En el año 2001, se comienza con la construcción de la biblioteca William Mulloy, la que fue inaugurada el 19 de octubre del año 2002.
NUTRIENDO LA COLECCIÓN
La colección del Museo ha ido creciendo básicamente a través de las investigaciones arqueológicas que traen los propios científicos y también por los esfuerzos de la DIBAM de repatriar piezas. Es así como para la exhibición inaugurada el año 1999, envió una buena cantidad de esculturas y materiales que estaban en las colecciones de otros museos del país, como el Museo de Talca, Limarí, Concepción y Temuco. En esa época llegaron piezas bien interesantes, de hecho en la exhibición actual está el Moai Aringa Rua, que tiene dos caras, y que de acuerdo a los registros del Museo de Concepción, era una pieza que recolectó Policarpo Toro a fines del siglo XIX.
El museo Kontiki, también retornó piezas, algunas piedras de cavernas y algunos toki que estaban en la colección de ellos y que fueron recolectadas en la expedición de Thor Heyerdahl.
El año 2011, la DIBAM gastó cerca de 48 millones de pesos en comprar piezas a un coleccionista, la mayoría de estas son atractivas y son hechas, principalmente, por rapanui que vivían en el continente en la década del 50. “Tal vez no tenemos piezas tan antiguas, pero sí tenemos piezas de las distintas épocas del tallado. Si uno revisa la colección hay cierto tipo de piezas que ya no se hacen más, tenemos unas palomas que no he visto en las artesanías actuales, había una fusta con cabeza de moai y un hueso de ballena tallado muy lindo. Entonces sí tenemos piezas interesantes y por medio de ellas podemos dar fe de las distintas épocas de creación”. (Francisco Torres, Director MAPSE)
La colección ha crecido no solamente en lo arqueológico, sino también han crecido las colecciones de la biblioteca, las que se han incrementado principalmente gracias a las donaciones. La primera donación fue la de William Mulloy, por eso el nombre de la biblioteca, pero también otras colecciones como las de Gómez Make, los archivos del padre Sebastián y el aporte de otros privados han hecho que la colección se nutra año a año.
El archivo fotográfico ha crecido en forma impresionante gracias a la vinculación directa con la comunidad, son ellos los que aportan con imágenes de toda época y que ha hecho que hoy se cuente con más de 8 mil fotografías más otra cantidad que están en formato digital. “Hay mucha vinculación con la gente de la comunidad que viene a buscar fotos, pero al mismo tiempo nos traen fotos. Entonces, de esa manera hemos ido armando un archivo de fotografías bastante impresionante, no todas las tenemos en papel porque nos interesa rescatar la imagen. Creo que el archivo que tenemos es uno de las más importantes que tiene la isla a nivel mundial y eso gracias a la colaboración de todos. Esto es algo que espero que se mantenga, que la gente siga confiando en nosotros para dejar copias de sus fotografías y documentos”. (Francisco Torres, Director MAPSE)
PROYECCIONES
Durante el año 2012, se habló fuertemente de la necesidad de que el museo Antropológico creciera en infraestructura, para ello se evaluó la construcción de un nuevo museo que creciera a más de 2 mil metros cuadrados y que estaría ubicado en los faldeos de Rano Kau, debido a los reclamos que efectuaron algunas familias por el terreno del actual museo, sin embargo, esta idea no fue aceptada por CODEIPA y otras autoridades, se planteó también que se construyera en la Aldea Educativa, sin embargo, los planes de crecimiento del centro educativo echaron por tierra esta posibilidad. Ahora se plantea ampliar el actual museo en los metros del terreno que quedaron luego de la entrega de tierras del año pasado.“Nosotros en términos de infraestructura seguimos anhelando y necesitando ampliar el museo, más allá de todo lo que se habló de un nuevo museo, de un nuevo lugar para éste, de lo cual ya no vale analizar porque ya no resultó. El museo tiene necesidades importantes de espacio para poder seguir creciendo, nosotros llegamos a un nivel de desarrollo en todos los ámbitos que coparon los edificios actuales y por lo mismo, necesitamos ampliar. Anhelamos un nuevo museo, que nos permita ampliar también nuestra cobertura a nivel de la comunidad.” (Francisco Torres, Director MAPSE)
El actual museo posee una superficie de 960 metros cuadrados construidos y se pretende crecer a 2.400 metros cuadrados, el problema que se presenta hoy es que aún no está zanjado el tema del terreno y la DIBAM no va a hacer una inversión de esa envergadura si no tiene seguro el terreno en el que va a invertir “Hay otras peticiones sobre el terreno y lo que nosotros necesitamos es que alguien nos de la certeza de que lo que se haga acá no se va a desarmar en 10 años más.” (Francisco Torres, Director MAPSE)
En el actual terreno hay un tema de desniveles que solucionar, por lo que se ha pensado en una construcción en altura, pero también hay que pensar en algo armónico con el entorno. “Hay un tema de desnivel que solucionar, pero creo que se puede hacer y hacer algo interesante. El tema es que a futuro probablemente si hay que hacer otro crecimiento, va a ser mucho más complicado hacerlo. Nosotros estamos pensando en crecer de 960 metros cuadrados a 2.400, por lo tanto, se reduce bastante el espacio para poder construir.” ( Francisco Torres, Director MAPSE)
Los desafíos también pasan por el deseo de ir ampliando la oferta de servicios o dar cabida a un mayor número de actividades. Por ejemplo tener otra sala de exhibición y un auditorio, de tal forma de tener actividades en paralelo y acoger así otras iniciativas de la comunidad. Esto además tiene que ir de la mano con un aumento del personal y proyectar la gestión del museo en otros ámbitos como a investigación. “En términos personales, mi gran aspiración es que este museo pudiera en algún minuto pararse con pie firme dentro de lo que es el escenario de los museos en el Pacífico y poder ser también un referente en ese sentido, cosa de poder generar mayores vínculos con otros sitios. Hablando con gente de otros lados del Pacífico, hemos concluido que hay una necesidad de capacitación y profesionalización de gente de otras islas del Pacífico y éste podría ser un espacio para hacerlo también. Yo creo que el museo en ese sentido tiene un buen futuro. Tenemos que aprovechar las coyunturas y ponernos a trabajar en lo que corresponde y no estar desviado la atención en problemas más domésticos. Ahora es el momento de materializar esas buenas voluntades y poder sacarle partido. (Francisco Torres, Director MAPSE)
En estos 40 años de vida, el personal que ha trabajado en el museo ha sido fundamental, desde los inicios, con don Leonardo Pakarati, la primera directora la señora Imelda Hey Paoa y todos los que han pasado durante estos años, han sido los principales gestores de lo que es hoy el MAPSE.
“El museo, la infraestructura y el personal ha ido creciendo con el tiempo. Lo que es hoy, también se debe a todos los que ya han pasado por acá y que gracias a su compromiso y gracias al esfuerzo de mucha gente hoy podemos contar con lo que tenemos. Primero hacer ese reconocimiento a todos los que han trabajado, en permitir que el museo hoy esté funcionando como está. Lo que ha caracterizado a los equipos que han trabajado aquí, ha sido el compromiso con la institución, y su calidad humana. Esperamos que se transmita hacia fuera, que el museo es un lugar que acoge a las personas y que sus puertas están abiertas a la comunidad”. (Francisco Torres, Director MAPSE)