Editorial Nº38: Es legal… ¿pero es moral?

Es legal… ¿pero es moral?

Por Leonardo Pakarati,
Director

Desde hace años que venimos debatiendo, y por que no decirlo, peleándonos por uno u otro punto de vista sobre la migración, la devolución de tierras, la relación con el Estado e independencia y el único ganador de estos debates estériles entre nosotros, ha sido el Estado que permanece expectante y sin nunca comprometer soluciones de fondo a las demandas del pueblo Rapa Nui.

Ahora vienen a ofrecer la creación de un ministerio indígena, algo así como una CONADI abultada, donde para variar, el norte lo impondrán los miembros del pueblo mapuche y su propio problema con el Estado de Chile. Claramente esos problemas tienen algunos puntos de encuentro con los nuestros, pero las soluciones a estos conflictos debe ser pertinente a cada grupo cultural.

Mientras, no solo las autoridades, sino además, nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, seguimos distraídamente concentrados en las grandes demandas, nos siguen pasando goles en otras materias que son importantes, como las reivindicaciones históricas y que están sujetas al derecho actualmente imperante y sobre las que nadie se pronuncia oficialmente.

En pleno siglo XXI, nuestra isla es la mas desconectada región de la era de las comunicaciones, la empresa que nos vende el servicio no solo permanece inmutable a los continuos reclamos de nosotros los usuarios, sino que demuestra especial eficiencia en hacer llegar las boletas por servicios que no están disponibles, a veces por días, en la isla y terminamos pagando por un Internet que no funciona y por celulares que no llaman a nadie.

Nuestras calles están llenas de camionetas y vehículos que pagan el permiso de circulación mas barato del país y que han vuelto intransitable el centro cívico de Hanga Roa en determinadas horas, existiendo un descontrol absoluto en la internación de vehículos a la provincia, sin que nadie tome cartas en el asunto.

La única línea aérea que funciona en la isla dispone de escasos cupos para los residentes y cuando existen, no hay confirmación de espacio y fechas, limitando así las posibilidades de viajar de los habitantes, quienes no pueden planificar su viaje con antelación. Tomando en cuenta que un alto porcentaje de esos viajes tienen que ver con la salud y necesidades primarias, es de suma importancia negociar un trato más ventajoso para la comunidad y la empresa que claramente es la principal beneficiada del turismo a este patrimonio de la humanidad.

Por otro lado, ocupados como estamos por regular la inmigración a la isla, descuidamos una arista que será un gran problema en un futuro no muy lejano, hoy por hoy cualquier rapa nui que cuente con el recurso económico para hacerlo pude comprar tierras de otro rapa nui, es legal… ¿pero es moral?.

Hasta acá nadie ha propuesto un limite para la cantidad de tierras que pueda poseer un privado rapa nui en la isla, comprenderán que seguir peleando por autonomía y leyes no tiene ningún sentido si finalmente la tierra en la isla estará en manos de unos pocos isleños y el resto, lentamente nos volveremos inquilinos de estos nuevos señores feudales. Y claro, serán ellos los que impongan las reglas. Seguramente ninguno de nosotros piensa hoy que nuestros nietos tendrán que arrendar para poder vivir en este suelo que se supone es de todos nosotros, ¿que vendrá luego?… solicitar permiso para pescar, esperar a que abran el portón para caminar hasta la hora del cierre por las costas de nuestros tupuna… todo eso ya paso y hace no tanto, así que mantengámonos alertas y cuando vengan a ofrecer tratos entre cuatro paredes, tengamos una sola voz, aquí la consulta se debe hacer a todos los rapa nui que tenemos derecho a voto y el pueblo hablara.

Aroha nui.