Un ejemplo de unión y entendimiento

Por Pedro Pablo Edmunds Paoa, Alcalde Ilustre Municipalidad de Isla de Pascua

Hoy, cuando la realidad mediática señala que son los medios los que marcan la agenda y dirigen el pensamiento de los ciudadanos, y cuando las redes sociales están a la mano para opinar, denostar, confundir o informar, es muy común saber y escuchar de quienes utilizan esas plataformas para lograr sus objetivos… Lo importante, en esos casos, es tener muy claro lo que buscan, antes de internalizar sus dichos.
Lamentablemente eso es lo que está sucediendo con mi pueblo, con nuestro pueblo, con Rapa Nui. A razón de la contingencia que afecta a nuestro territorio es muy fácil caer en ese juego y también en el juego de las instituciones y de las autoridades a nivel central, que, por sobre las soluciones, abonan el terreno para generar división y discusiones entre nosotros y alientan, con su dejar hacer, la actitud de aquellas personas, de la etnia o foráneos, que a través de los medios se hacen notar, pero sin aportar.
Las peticiones de hoy tienen una data mucho mayor. De hecho, en el 2001 comenzamos a solicitar la autonomía administrativa, luego se sumó la Ley de Migración y ahora la administración del parque. Esa era la prioridad, en ese mismo sentido; en la actualidad, sin embargo, el foco se trasladó al último punto y en eso estamos enfrascados. Debemos luchar, por tanto, para que las peticiones lleguen a buen puerto, concluyan y que los puntos anteriores no se sometan al método bicicleta, un sistema político donde toman la idea o el proyecto presentado, lo dan vuelta cuatro años y luego pasa al gobierno de turno. Eso sucedió con la administración de Frei, Lagos, otrora Bachelet, Piñera y hoy de nuevo Bachelet, porque si bien hemos avanzando, no podemos dejar de reconocer que los gobiernos de turno nos tramitan, nos maravillan con promesas que luego no cumplen y finalmente faltan a los compromisos adquiridos.
Lo he dicho en reiteradas ocasiones: convengo con el fondo de las peticiones, no con la forma, provengan éstas del Parlamento o de cualquier otra entidad. Sea quien sea, no estoy de acuerdo en la violencia, en el enfrentamiento entre hermanos, en la denostación como personas, en el traspasar de los cuestionamientos desde el área política al ámbito familiar. Mi pueblo no me verá caer en ello; por el contrario, apoyo los avances y el desarrollo en paz y en el poder del entendimiento.
No permitamos de ninguna manera hacer distinciones entre ciudadanos. Todos son nuestros aliados, nuestros amigos, sean rapa nui, mestizos o continentales. Hay que acogerlos y unirnos, porque sólo así evitaremos ser parte del juego político de quienes buscan dividirnos, dejando de lado la defensa férrea del bien público, material, arqueológico, cultural, para entrar en la pelea chica, aquella que sólo confunde y amaga, pero que se estanca y no avanza.
Es tiempo de que el Ejecutivo tome una decisión, porque hoy lo que prima es una falta de confianza en las instituciones, no en las personas; tenemos que lidiar para hacer realidad la inclusión y la integración, para que nuestros derechos constitucionales sean reconocidos y para administrar nuestro patrimonio. Seamos un ejemplo para el planeta de solidaridad y de unión, rapa nui –continentales, porque si unimos nuestras voces el Ejecutivo nos tendrá que escuchar.
Los mensajes a través de los medios dejémoselos a otros, a quienes carecen de argumentos, y juntos sigamos el camino que nos señalaron nuestros ancestros para hacer de nuestra tierra un ejemplo de unión, cultura, solidaridad y verdadero entendimiento. Y eso sólo se logra con AMOR.